—Hace mucho calor aquí, —dijo Oliver lentamente, llevando a Nick hasta el borde de la piscina y bajando la cabeza para bloquear los labios en la base de la garganta de Nick.
—Chúpame, hombre, — susurró Nick, los labios de Oliver trabajaron la sensible piel de su cuello. No se pudo sostener y el resultado fue un gemido que salió de sus labios, su lengua lamiendo las gotitas de agua caliente que se aferraban a la clavícula de Oliver, pero luego, dudó de que Oliver le diera en seguida lo que necesitaba. Era como si estuviera saboreando cada centímetro de él.