...Jarrad regresó a su propia posición, Allend y él, levantaron su arco y volvieron a la práctica, mientras se lanzaban amigables pullas ocasionales entre sí.
Wesley por otro lado se puso rígido y se sintió aún más torpe que antes porque a pesar que ya no podía verlo, sintió al teniente Daneson de pie detrás de él, mirándolo. Sabiendo que no podía seguir perdiendo el tiempo como un patán, finalmente lanzó la flecha que había estado sosteniendo. Levantó el arco y apuntó, pero se detuvo cuando sintió las manos sobre sus hombros y la calidez de un cuerpo alto detrás de él.
Dioses santos. El contacto de las manos del teniente y su piel, incluso a través de su camisa, era una marca abrasadora que envió ondas de conciencia a través de él. Ahora, ¿qué se suponía que debía hacer?
Sintió que se ruborizaba de nuevo cuando el draegan dijo suavemente contra su oreja, con un toque de humor en su voz, —Respira.
Lo hizo, inspirando una bocanada de aire y dejando que el aire saliera lentamente.
—Afloja los hombros. —El teniente los apretó suavemente durante un segundo para dar énfasis. —Mantén tu postura.
Wesley hizo lo que le pidieron, pero en este punto sólo podía no moverse, porque no podía pensar en nada con el draegan tan cerca de él. Tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo tenso y musculoso filtrándose a través de la parte posterior de su camisa. Se había quitado su capa durante los ejercicios de entrenamiento diario y el pálido sol de invierno había calentado su espalda, pero ahora se sentía sobrecalentado por razones completamente diferentes.
Podría haber jurado que escuchó una risa baja, como si el teniente supiera exactamente lo que estaba pensando....
